No puedo dormir, no puedo mirar el teléfono y ver las llamadas perdidas e inventarme excusas sobre la compañía. Soy una mentirosa compulsiva y lo sabes tú y todo el mundo. Estoy harta de esta situación, de estar en la cuerda floja, de no saber si voy o vengo. No sé si empieza o acaba, no sé si algún día voy a dormir; tampoco sé si mi gata va a dejar de mearme.
A estas alturas me importan dos cojones mis preguntas estúpidas. Creo que optaré por la opción más fácil.
Aparte de una mentirosa, siempre seré una cobarde.
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