20 jul 2011

Rutina

Días de invierno, sol que no calienta, lluvia por doquier y nace la hierba silvestre por todas partes. Adoro mis manos frías, los abrigos, las nubes, los cigarros matutinos.
La playa grisácea e inmóvil, quizás algo apocalíptica.
Los centros comerciales inundados de gente, discos viejos y baratos que nadie quiere, canciones que solía dedicar a amores inalcanzables.
Tu risa y tu caminata extraña, la que te hacen más especial, lo que te hace que seas uno de mis mejores amigos.
Llego a mi casa y subo a mi habitación rosa, me descalzo, miro la hora, sonrío. Llamo por teléfono a gente aleatoria, grito, bailo, hago idioteces.
Bajo por un té, reviso mi correo, vuelvo a subir y mi gata está sobre mi cama. La acaricio, me responde con un "prr", la beso y ronronea.
Me acuesto y observo el techo blanco, miro la pared y veo las fotos viejas, los recuerdos, y una lágrima de felicidad cae sobre mi mejilla, porque me alegro que esas cosas ya hayan pasado, porque me alegro de que ahora pasen cosas nuevas.
Cojo el té de la mesilla y le doy un trago, lo vuelvo a dejar donde antes. Me observo las uñas, ya no están perfectas, ¿pero lo imperfecto no es lo más bello? Los dientes torcidos dan un encanto especial a las sonrisas, su timidez le hace más adorable...
Me río otra vez, me suelto las trenzas y veo la fecha. Vaya, ya ha pasado un año. Cierro la puerta. Me quito la camiseta, desabrocho los botones del pantalón para darme cuenta que aún no me había quitado los zapatos. Me desato los cordones de los zapatos y me los saco con delicadeza. Mis calcetines de lunares son anti-eróticos. Me termino de quitar los pantalones y de debajo de la almohada saco mi pijama. Me desabrocho el sostén, me lo saco y me pongo la camiseta gigante gris que uso por pijama. Me pongo los pantalones rojos y me meto en la cama. Dejo toda la ropa tirada en el suelo, soy así de desordenada.
Cuando ya logro calentar la cama me doy cuenta de que la luz está encendida, me levanto, la apago y enciendo la luz de la mesilla, mientras, le doy otro sorbo a mi té, ahora más frío. Me gusta el té frío.
Frida me mira con sus ojos amarillos y camina hacia mí. Se pone en la almohada y me da toquecitos en la cabeza para que le abra la cama, quiere dormir ya. Le abro la cama y se acuesta en mi regazo. Ronronea. Sigo bebiendo mi té y escribo en mi libreta roja. Escribo esto. Miro la hora. Las 01:24 exactas. Miro el móvil, le doy un toque a un amigo. Me responde. No sé qué más escribir. Miro el techo buscando inspiración. Llega Iggy por la puerta y empieza a maullar. Sube a la cama y salta encima de Frida. Frida gruñe y se va. Iggy se va con ella y juegan a subir y bajar las escaleras.
Esto está tomando otro sentido, la verdad es que cuando empecé a escribirlo pensaba escribir otra cosa totalmente distinta, pero bueno, no importa.
Se me caen los ojos del sueño, hoy he madrugado. Hoy me él despertó porque yo se lo pedí. Sonreí al acordarme, no sé porqué lo hago, supongo que soy idiota.

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